jueves, 18 de marzo de 2010

Felicidades Hoomer!

Desde que nací tuviste una debilidad especial por mi, no te culpo, era de esperar.

A veces echo la vista atrás y me doy cuenta de como hemos cambiado ambos.

Me gustaba los festivos acompañarte a trabajar; hacer los 18 hoyos sobre tus hombros o chillar juntos en un partido de fútbol.

Mientras me cantabas canciones de Serrat o me hacías bailar "me sube la bilirrubina", te enseñé que Blancanieves fue la primera mujer que mordió una manzana y  no esa Eva que tu decías; que a mamá le gustan las hortensias no orquídeas, y a decir: "tres puntos colega!"

Me exigías momentos de mimitos en el sofá, prometerte que me casaría contigo, y que el lunes me llevarías al cole.

Con el tiempo, las cosas han cambiado. 

Me gusta picarte cada vez que hablo de un chico y hacer que tu ritmo cardíaco se altere de forma considerable; hacerte enfadar y  que vengas cual perrito pachón arrepentido.
Me gusta que te rías de mis trastadas y que si me ves triste, se te parta el corazón.

Me gustan tus sabios consejos, y tu mentalidad en ocasiones anticuada.

Me gusta cuando me dices: " esto no se lo cuentes a mamá" o me pides la manita antes de cruzar.

En realidad, me gustas cuando eres un ogro y me prometo odiarte hasta el fin de mis días, pero no me sale.

Me gusta haberte decepcionado en muchas cosas; y que tú, ya no seas un héroe invatible; me gusta que te hayas humanizado.

Saber que aunque a veces tu tienes miedo, me dejas dormir contigo cuando surgen los míos.

Me gusta poder decir algo así de ti, porque ser padre no es fácil; pero tranquilo Hoomer, tu lo haces bastante bien! 

1 comentario: