Tras semanas de viajes, ocio y glamour, codeándome estos últimos días con la "jet" de la "jet", era el momento de volver a la realidad; recuperar mi vida, pisar suelo y volver a caminar.
Pero jamás esperé algo así.
Llegué a Atocha media hora antes de lo esperado. Me adentré en su maravillosa junglita que te recibe y despide siempre impasible y testigo de grandes historias ahí ocurridas, buscando la única cafetería en la que se puede fumar.
Infusión y napolitana, aposté sobre seguro, cuando alguien interrumpió mi merienda.
Una chica jovencita con un par de niños, andaba por la estación desesperada, avergonzada y descompuesta.
Se limitaba a pronunciar: " Pérdone, siento molestarle pero estoy pasando por un mal momento y me veo en la necesidad de pedirle ayuda..."
La gente que ahí se encontraba no levantaba la vista de su periódico y negaba con la cabeza.
Mi corazón se encogía y dejó de palpitar durante unos segundos.
Al ver que se acercaba hacia mí, creí que eran las tres mejores personas que podían completar las sillas vacías de mi mesa y sin dudarlo ni un momento no le dejé hablar y le ofrecí asiento. Pregunté a mis acompañantes que querían tomar.
Batidos calientes y bocatas alimentaron sus almas; un par de guiños a los peques devolvieron la ilusión a sus brillantes y cansados ojitos; una corta conversación y un par de recomendaciones, la esperanza a una madre.
Desconozco si habrá hecho todo lo que me prometió, pero su abrazo me hizo volver, había olvidado que esto existía y que una niñata como yo pudiera reaccionar así.
Mi bolso de Dior casi dejó de importarme, esta vez iba erguida, sonriente y segura, no porque mi conjunto fuese el adecuado sino porque me atreví a hacer lo que nadie; escuché y presté ayuda a alguien que lo necesitaba.
Dejemos de leer la actualidad,levantemos la vista y cambiémosla siendo protagonistas de ella.
No sé de que te sorprendes pequeña Brooke, desde niña quisiste ser misionera,te diste al máximo en tus voluntariados, abrazaste con mas amor del que posees y escuchaste hasta al que no lo merecía orgullosa de ti, siempre.
ResponderEliminarPeyton!
tú solita te has hecho única!te echo de menos!haines desde abu house sigo tus pasos
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